En el último tiempo se ha generado el debate sobre la persistencia de la dictadura en la actual sociedad chilena. Aunque algunos consideran que este tema está cerrado, para otros, la sombra de la dictadura sigue presente en la vida diaria, ya sea con una connotación negativa o positiva. Actualmente, en Chile la memoria de la dictadura parece desvanecerse, pero un fenómeno peculiar siempre se manifiesta luego de un tiempo: el surgimiento de posturas a favor de este régimen, justificadas por la actual situación delictiva, percepciones económicas u opiniones sobre las autoridades del país.
Entonces, la persistencia de la dictadura se atribuye a las diversas posturas existentes al respecto. Por un lado, la mayoría señala de manera evidente que hubo violaciones a los derechos humanos y que no deben volver a repetirse. Por otro lado, la oposición argumenta, en ciertos aspectos, que la dictadura contribuyó de manera positiva al desarrollo del país. En resultado, temas recientes como el próximo plebiscito o el gobierno de turno hacen que estas posturas choquen, apoyando su persistencia.
Sostenemos que la influencia de la dictadura no se encuentra en extinción total, sino que ha experimentado transformaciones y adaptaciones que reflejan los cambios políticos, sociales y culturales a lo largo de las décadas. Asimismo, planteamos que la percepción de la dictadura está sujeta a fluctuaciones marcadas por eventos contemporáneos y movimientos políticos, generando un diálogo continuo sobre la valoración de este período en la historia chilena.

La disputa sobre si la dictadura fue benéfica o perjudicial resalta la complejidad inherente a la evaluación del legado de este período en la historia del país. ¿Qué hace que un 36% de los chilenos en 2023 simpaticen con la dictadura y consideren que Pinochet “liberó del marxismo” a Chile? Incluso si un 44% afirma que “destruyó la democracia” (Mori-Chile, 2023) en momentos de debate parece ser que la oposición siempre gana terreno. ¿Por qué? Para responder podríamos analizar la herencia de Pinochet en el Chile actual.
El régimen dejó, por ejemplo, al país atado a una constitución que no se adapta a las necesidades y demandas sociales actuales ni a un sistema de pensiones nefasto al que se propone cambiar y aún no ocurre. En Chile se discuten constantemente las decisiones políticas que podrían ser mejores para el país. Dado que los gobiernos tienen un plan para llevar a cabo mejoras, si cualquier postura política no cumple con algo al pie de la letra, la población chilena va a optar por irse con la oposición que «les ofrece lo que piden», con la esperanza de que no ocurra lo mismo.
Se siguen presentando antecedentes de la dictadura que han influido en la estructura social y económica del país en los últimos 40 años. En primer lugar, está la implementación hecha en 1973 del modelo económico neoliberal. Este tuvo como consecuencia la privatización de sectores como la educación y pensiones, los cuales siguen vigentes hasta la actualidad. En segundo lugar, está presente la sombra autoritaria en elementos jurídicos de la actualidad. Retornemos a la constitución del 80’: si bien ha estado pasando por reformas en la última década, la nación chilena no ha sido capaz de llegar a un consenso para cambiarla por completo (Ontiveros, 2021).
Lo anterior provoca un bucle infinito de cambio para los chilenos al buscar los principios que los representen correctamente. La incertidumbre en torno a cuál es la postura política acertada crea un ambiente de inestabilidad constante en la toma de decisiones políticas y en la identificación de los valores que los ciudadanos chilenos estimen convenientes. Debido a esto, no llegan a un consenso definitivo respecto al futuro del país, provocando que las discusiones por diferencias afecten más al clima político y a la memoria chilena.
Marta Lagos, directora de la encuesta regional Latinobarómetro y fundadora de Mori Chile, señala que la visión más crítica respecto a la dictadura la tienen los jóvenes. Pero que ellos realmente no conocen la parte importante de esta, como las circunstancias del golpe, el régimen y el desempeño del dictador. Por lo tanto, se presenta el siguiente problema: la población no sabe lo suficiente de esto, así pues, se pierde el juicio definitivo respecto a Pinochet. Generando una nula opinión y visión dependiente del momento que no perdura a largo plazo.
En tanto, Maximiliano Hurtado, dirigente regional del partido socialista por la Región de Atacama, señaló en entrevista para el presente texto: “Las generaciones de avanzada, así como aquellas que nos gobiernan hoy son hijas de la traumática experiencia de la dictadura, ya sea porque algunos alcanzaron a vivirla o porque muchos fuimos criados en la época de la transición democrática y por tanto crecimos con la evocación constante de sus días e incluso con episodios de confrontación nacional que nos marcaron enormemente”.
Lo expuesto anteriormente subraya la significativa relevancia de la memoria histórica. Se destaca cómo la memoria colectiva, enriquecida con recuerdos, emociones e incluso experiencias vividas, desempeña un papel crucial al facilitar que individuos de generaciones posteriores puedan formar juicios de valor y desarrollar sus propias perspectivas respecto a la historia. Este fenómeno no solo se limita a la vivencia directa de eventos históricos, sino que se extiende a la influencia y repercusión que estos han tenido en el entramado social de la época, permitiendo así una comprensión más profunda y enriquecedora de los contextos históricos.
Por el contrario, realizamos una búsqueda de opiniones de personas mayores que vivieron la dictadura y, además, están de acuerdo con esta. De esta manera, Marisol Valenzuela, simpatizante del régimen militar, entregó su opinión en una entrevista, señalando que, si la dictadura estuviera presente en la actualidad, estaríamos en “un mejor momento como país”. Es más, complementa diciendo que, si el régimen militar siguiera habría más seguridad y menos delincuencia, debido a la “mano dura” propia del período. Aun así, aclaró que, existieron errores en las decisiones tomadas por las autoridades de ese tiempo, pero que por lo menos “se podía ir tranquila por la calle”.
Continuando con lo planteado por Marisol, la encuesta realizada por Mori Chile en el marco de los 50 años del golpe consultó a 1000 personas, de distintas generaciones, su opinión acerca del régimen de Pinochet. Un 47% lo definió como “en parte bueno, en parte malo”, un 25% que fue “solo malo” y un 11% lo caracterizó como “solo bueno” (Mori-Chile, 2023). Estos resultados permiten afirmar que la posición pública chilena está determinada por la temporalidad y los distintos contextos sociopolíticos.
Ahora bien, al hacer una panorámica del Chile actual, se observan muchos hechos de violencia y delitos. Esto podría producir un sentimiento de “nostalgia” en muchas de las personas que vivieron en la dictadura, añorando hoy lo que fue para ellos un orden y seguridad durante el mandato militar. Si se analiza el orden político nacional y a quienes reivindican la dictadura, se observa una apreciación del hecho, ejerciendo una separación entre lo que se realizó en ámbitos económicos o de seguridad, y las violaciones a los derechos humanos durante el período.
Como se mencionó anteriormente, la opinión pública, situación socioeconómica, política y de seguridad marcan tendencia en el juicio que tiene el país sobre la dictadura. La relevancia que tiene esto en el panorama político actual es que la oposición, como la ultraderecha, puede utilizar a su favor la oleada de delitos mediante la añoranza del chileno por tener un país en el que se priorice el orden y la seguridad. De manera que, han aprovechado este “sentimiento en ascenso” por el régimen para traerlo a la palestra y minimizar como ellos señalan la parte negativa. Basta recordar las declaraciones del consejero constitucional republicano, Luis Silva (primera mayoría nacional), donde indicó que sentía un dejo de admiración a la figura de Pinochet por considerarlo un estadista (Sepúlveda, 2023).

De lo anterior, se puede concluir que la polarización que vive hoy en día el país hace prevalecer el espacio de confrontación con que se toma la dictadura militar. La casta política en nada ha favorecido a un ambiente de unión en el país; más bien, continúa generando división entre la población y utilizando a su conveniencia el tema del golpe de Estado y posterior dictadura. Dividen la memoria en: el régimen de los avances políticos, económicos y sociales con las violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. Incluso le restan relevancia a este último aspecto, olvidando el “aprender para no repetir”.
A pesar de ciertos indicios incipientes de que la huella de la dictadura en Chile podría estar desvaneciéndose, persisten elementos que sugieren lo contrario. La continuidad de la actual Constitución, así como la contemplación de su posible sucesora en el próximo evento electoral el 17 de diciembre, subrayan la percepción de que el legado del régimen militar sigue permeando la realidad del país. Pareciendo un largo capítulo sin cierre y lleno de conflictos.
Es imperativo reconocer que una dictadura, por naturaleza, nunca puede ser recordada como un periodo en el que se establecieron fundamentos democráticos. La imposición de un gobierno autoritario a través de un golpe militar revela una ausencia de procesos democráticos y un desprecio por los principios que fundamentan la participación ciudadana en la toma de decisiones. Aunque algunos argumenten que la estabilidad económica y social de la época puede ser considerada positiva, no podemos perder de vista que esta estabilidad estuvo acompañada de la violación sistemática de los derechos humanos y la supresión de la libertad.
Concluyendo, en el contexto anterior, la reflexión crítica sobre la historia reciente de Chile debe reconocer que cualquier periodo dictatorial no puede ser justificado por los resultados económicos o sociales positivos que pueda haber alcanzado. La memoria colectiva debe prevalecer, recordando que la estabilidad a expensas de la democracia y los derechos fundamentales no puede ser aceptada como una solución aceptable para el desarrollo de una nación.
Fuentes documentales:
BBC New Mundo (2013). Chile: los que todavía defienden a Pinochet. Obtenido de: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/09/130909_chile_aniversario_golpe_argumentos_pinochetistas_jp
BBC New Mundo (2023). «La idea de que Pinochet no hizo puras cosas malas es un fracaso cultural de los demócratas en Chile». Obtenido de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-65818270
DW (2023). Mori-Chile: 36% de la población apoya dictadura de Pinochet. Obtenido de: https://www.dw.com/es/mori-chile-36-de-la-poblaci%C3%B3n-apoya-dictadura-de-pinochet/a-65775766#:~:text=Cuando%20se%20cumplen%2050%20a%C3%B1os%20del%20golpe%20de,datos%20de%20una%20encuesta%20difundida%20el%20martes%20%2830.05.2023%29
DW Documental (08 de septiembre de 2023). Chile – A 50 años del golpe militar de Pinochet [Archivo de vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=ENuH9t5cMMI&ab_channel=DWDocumental
El País (2023). Un 36% de los chilenos cree que los militares tuvieron razón en dar el golpe de Estado que lideró Pinochet. Obtenido de: https://elpais.com/chile/2023-05-30/un-36-de-los-chilenos-cree-que-los-militares-tuvieron-razon-en-dar-el-golpe-de-estado-que-lidero-pinochet.html
Mori Chile (2023). CHILE A LA SOMBRA DE PINOCHET. La opinión pública sobre la “Era de Pinochet” 1973-2023. Obtenido de: https://drive.google.com/file/d/1U5oWbyVVnnZSLkksWcQ3L1zzsY6fiME0/view?usp=sharing
Ontiveros, V. (2019). La herencia de la dictadura de Pinochet en Chile – el Orden Mundial – EOM. El Orden Mundial – EOM. Obtenido de: https://elordenmundial.com/la-herencia-de-la-dictadura-de-pinochet-en-chile/
Sepúlveda, A. (31 julio de 2023). Consejero Luis Silva sobre Augusto Pinochet: “Fue un estadista”. Radio Pauta 100.5. Obtenido de: https://www.pauta.cl/actualidad/2023/05/31/consejero-luis-silva-sobre-augusto-pinochet-fue-un-estadista.html
Diego Aravena, Rafael Araya, Montserrat Brante y Francisca Hurtado